Bienvenid@s

Estoy convencido de que la unión hace la fuerza, como los granos de una uva dan la mejor cosecha de vino. Por eso brindo este espacio para que podamos echar en el mismo lagar todos nuestro mejores granos y asi ir construyendo una parroquia y pueblo mejor.

martes, 31 de julio de 2012

Evangelio del Domingo, 5 de agosto

JUAN 6,24-35


En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?» Jesús les contestó: «Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios». Ellos le preguntaron: «Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?» Respondió Jesús: «La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado». Le replicaron: «¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Les dio a comer pan del cielo”». Jesús les replicó: «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan». Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed».

Jesús mismo es el pan de vida, que siembra vida. Todo verdea y florece a su alrededor.
No nos equivoquemos de alimento. Solo Jesús quita el hambre y satisface nuestra sed. Lo demás son sucedáneos. Vayamos en busca de ese pan, que no se va de vacaciones y que lo encontramos en la eucaristía, presencia del Amor que alegra continuamente nuestra existencia.
“Danos siempre de este pan”, que tengamos siempre ganas de este pan, que no nos detenga nada ni nadie para ir en tu búsqueda, Señor. Tú estás aguardando en la panadería celestial que es el sagrario y la mesa de la eucaristía.
Después, nosotros tendremos que convertirnos también en pan que siembra vida, quita hambres y une corazones.(Kamiano)

jueves, 12 de julio de 2012

Evangelio del Domingo 15

EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 6, 7- 13
En aquel tiempo llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no, túnica de repuesto. Y añadió: - Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Jesús envía a los Doce ligeros de equipaje, con lo imprescindible. Se convierten en instrumentos de su Buena Noticia. Una Noticia que vale por sí misma, que no necesita de especiales infraestructuras para expandirse ni de los servicios de complicados estudios de marketing. Es una vida casi a la intemperie, aunque abierta a las muestras de hospitalidad y de acogida, que son regalos en medio del camino. Así también ha de ser la vida del seguidor de Jesús: más confiada en su continua compañía a nuestro lado que en nuestros propios medios, seguridades y habilidades. Un estilo de vida compartida con otros, de dos en dos, ya que la comunidad es el primer testimonio para la misión. Y, juntos, avanzar en el camino del desprendimiento, que hace creíble el testimonio y nos ahorra el peso de tantas cosas “de repuesto” que nos impiden la fácil movilidad para seguir anunciando el Evangelio. (Kamiano)

martes, 3 de julio de 2012

El racimo de la Palabra: Evangelio del Domingo

† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 1-6)
En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro:
“¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?”
Y estaban desconcertados.
Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa”.
Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.

COMENTARIO DE Kamiano:
Dios actúa siempre. Además es especialista en desarrollar su acción en lo oculto y escondido, aunque eso sea para algunos motivo de despiste e incluso de extrañeza. Jesús no busca reconocimiento sino llevar adelante la misión que el Padre le ha encomendado. El hijo del carpintero ha construido un trampolín para tocar el cielo, para que nos lancemos cada día en la aventura del amor. Este trampolín es de lo más seguro porque nos lleva directamente a los brazos del Padre.
Sus paisanos se quedaron asombrados y decían que de dónde le venía la sabiduría. Dios actúa, solo hemos de tener los ojos y el corazón abierto a su acción.