Después de haber escuchado esta mañana el relato de los de Emaús, y con el silencio de las calles y el calorcillo apetece entrar en otra dimensión
se apagarán las estrellas: si tú te marchas
nosotros te seguiremos.
Guardaremos, sí, tus palabras, pero tienes que ensañarnos
todavía muchas cosas.
Y queremos reconocerte mejor, queremos saber tu nombre,
y saber dónde vives; queremos ser tus amigos.
Ven, amigo, que tienes que descansar.
compartiremos el vino y el pan.
Traspasa los siglos, perdura.