ponernos en tus manos humanas y divinas,
o al alcance de tu brisa que va y viene
por esos lugares de la historia
poco señalados y menos frecuentados.
Reconfigurar la vida:
aceptar los golpes, marcas y heridas,
pero no arrugarse ni detener la historia;
vibrar menos sin perder la música
y mantener fresca la memoria.
Reconfigurar la vida:
vivirte cada día como vid verdadera
con tu savia viva y gratuita
y que fructifican en uva generosa en esta tierra.
Reconfigurar la vida:
admirar tus surcos y huellas
en nuestra carne vieja y correosa;
abrirse a tus sugerencias
aunque no llegue a entenderlas.
Reconfigurar la vida:
jugar al juego que tú jugaste,
partiéndonos en tiras, esquejes o estrellas,
y compartirse con dignidad
dándose en fraternidad.
Reconfigurar la vida:
aceptar como centro, eje y motor
tu Espíritu en nuestra vida;
poner todas las cruces bajo su presencia
y agarrarnos a él con esperanza.
Reconfigurar la vida:
descubrirnos como flor florecida
-hermosa, perfumada y distinta-;
acercarnos a los otros dignamente
y hacer un jardín para los caminantes.
Reconfigurar la vida:
vivir en el mundo
siendo flor y fruto en la tierra;
admirar y amar a las personas
y agradecer la vida.
Florentino Ulibarri
Me alegra verte de nuevo por aquí.Si, hay que reconfigurar nuestras vidas pero cuando pase todo esto porque yo ahora mismo mi lucha es mantenerme en pie para seguir adelante pues se hace muy cuesta arriba cuidar a un enfermo que no entiende la situación y que está cada vez más alterado por no salir además de haber dado un fuerte bajón...Es duro Jose Miguel pero es mi tarea.Saludos y a seguir en casa por el bien común.
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