Así de bonita, como siempre, aparece la primavera en nuestro pueblo. Ese color de un ciruelo japones es es muy frecuente en nuestros jardines aunque también si tienen frutos son bien ricos. ¡Y quien no se alegra, y se va entonando con todo lo que ello significa! . Todo un futuro por delante, todas las bellezas por descubrir, todas las actitudes por cultivar y, fortalecidas, madurar. Más allá de lo poético, que lo tiene, ¡faltaria más!, la primavera empuja, abre lo mejor de nosotros. Precisamente también nos hace ver que somos delicados y débiles (por ejemplo: el jardinero Miguel tiene un accidente laboral justamente arreglando arbolado). Sí, porque belleza y debilidad también van juntas para construir y mejorar un mundo nuevo: terremoto, sunami energía nuclear. Incluso la mal nacida guerra y mal nacida acaparación de poder y dictadura, tienen su primavera en los esfuerzos y hambres de libertad, democracia y justicia.
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