Bienvenid@s

Estoy convencido de que la unión hace la fuerza, como los granos de una uva dan la mejor cosecha de vino. Por eso brindo este espacio para que podamos echar en el mismo lagar todos nuestro mejores granos y asi ir construyendo una parroquia y pueblo mejor.

sábado, 11 de abril de 2020

Haz Luz en nuestros silencios


III.- SÁBADO SANTO: HAZ DE LUZ EN NUESTROS SILENCIOS



El Sábado Santo es un día atípico. Tanto que es el único día en todo el año que no hay eucaristía (la Vigilia pascual es del Domingo de Resurrección). Es día de hondo silencio, de quietud, de sosiego, de mirar en paz, de contemplación. Nos viene fenomenal que alguna vez paremos un poco el motor externo de nuestra vida y le demos marcha al motor de dentro, el amor que nunca duerme.
Tras este parón, por la noche celebraremos con alegría la certeza de que el amor es quien mueve el cielo, las estrellas y los corazones. Por eso mismo, prepararse con un baño de silencio puede ser algo muy interesante porque este silencio no es de muerte, sino de vida. Un silencio embarazado de vida.
A veces le tememos al silencio porque lo consideramos no solo aburrido, sino amuermado, triste, muerto. Pero no es así: en el silencio puede haber un verdadero  fuego que arde, una alegría que se derrama hacia adentro más que hacia afuera, una fuerza que se manifiesta en el nuevo impulso con que nos subimos al carro de la vida. No está mal el silencio cuando se mira a lo profundo. Hay un dicho judío del tiempo de Jesús que él sabría de memoria. Decía: “Toda mi vida la pasé entre sabios y aprendí que lo más importante es el silencio”. No está mal.
San Francisco sabía mucho de esto porque le gustaba hacer retiro por lugares muy bellos que habréis visitado: las Cárceles, Greccio, la Alvernia, la Foresta. Por eso solía decir: “Hable el silencio donde falta la adecuada expresión”. De otra manera y con cierta guasa lo dijo Benjamín Franklin: “Mejor es callar y que sospechen de tu poca sabiduría que hablar y eliminar cualquier duda sobre ello”.
Para que la celebración de esta noche sea un haz de luz, un revivir lo más querido de nuestra fe en Jesús, no está mal ahondar en el silencio. No hace falta estar todo el día de cháchara. La naturaleza es un marco muy bueno para practicar el silencio. No temas darte un paseo solo por el monte y vete rezando: “Que mi silencio me ayude a escuchar tu voz”. Así Jesús será un haz de luz potente en la celebración de la noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario