Llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe y preguntaba a sus discípulos: —¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? Ellos contestaron: —Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas. El les preguntó: —Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Simón Pedro tomó la palabra y dijo: —Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
Jesús le respondió: —¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que esta en el cielo.Ahora te digo yo: —Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del Reino de los Cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo. Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías
Me llena de alegría y esperanza la frase:...."y el poder del infierno no la derrotará"
ResponderEliminarLo digo por esos "mensajeros no precisamente divinos" que tratan de fastidiar la estancia del Papa entre la juventud que por cierto contagian y emocionan con su entusiasmo y su fe...en estas ocasiones me siento más orgullosa que nunca de ser creyente.