Bienvenid@s

Estoy convencido de que la unión hace la fuerza, como los granos de una uva dan la mejor cosecha de vino. Por eso brindo este espacio para que podamos echar en el mismo lagar todos nuestro mejores granos y asi ir construyendo una parroquia y pueblo mejor.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Evangelio del Domingo 25

Justo cuando se ha comenzado las vendimias en los pueblos, nos viene esta maravillosa parábola. Justo cuando a esa tarea están llamando muchos temporeros por nuestras plazas esperando a que los contraten.
Esperemos que lo hagan sin la injusta subcontratación, si no en justicia y en equidad.
También la parábola nos invita a ser todos y cada uno "humildes vendimiadores de la viña del Señor", ¡genial al comienzo del curso parroquial!. Lo importante es estar en el tajo. Y nos hacen falta ciertamente buenos brazos, voluntarios para todos esos racimos que queremos ir cosechando.
Evangelio de San Mateo (29,1-16)
Dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: - El Reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: - Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido. Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: - ¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar? Le respondieron: - Nadie nos ha contratado. Él les dijo: - Id también vosotros a mi viña.
Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: - Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: - Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno. Él replicó a uno de ellos: - Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?.
Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.»

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