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Vivir la sencillez es utilizar tu
dinero para que tú y tu familia podáis vivir con dignidad, y para que los demás
también puedan vivir con dignidad si lo inviertes en banca ética y se te
habitúas a exigir productos que vengan del comercio justo y del comercio local
1. Perspectiva bíblica
Ahora os digo yo: Haceos
amigos con el injusto dinero, para que, cuando se acabe, os reciban en las
moradas definitivas” (Lucas 16,9).
Esta conclusión de la parábola del administrador injusto
previene contra el dinero injusto. Para Jesús, un hombre con mentalidad rural
de aquella época, el dinero siempre tiene un componente de injusticia. Y el
mucho dinero tiene un componente de mucha injusticia. Por eso, hay que tenerlo
siempre entre ceja y ceja.
Según el Evangelio no hay más que una manera de hacer
amigos con el dinero “injusto”: ser generoso con él porque lo que das al otro,
generalmente se transforma en generosidad y agradecimiento. Más aún, si con ese
procedimiento se te recibe “en las moradas eternas” eso quiere decir que el
camino de la generosidad es el camino que Dios avala.
2. Perspectiva ética
No tenemos una cultura ética del dinero, quizá porque hemos
tenido poco. Pero el dinero es preciso darle una orientación ética. No puede
ser otra que el servicio al bien de toda persona y no solamente el disfrute de
unos pocos.
Hemos de ver que las actuaciones económicas tienen una gran
trascendencia en el terreno de la justicia. Por eso, el dinero ha de ser
orientado desde esa perspectiva de justicia. De lo contrario, engendrará un
sinfín de desajustes sociales.
No es un principio ético sobre el dinero decir que yo con
mi dinero hago lo que quiero. Tanto desde el punto de vista humano como desde
la vida cristiana, el dinero tiene una función de justicia y, por lo tanto, no
se puede usar desligado de esa función.
3. Perspectiva práctica
Poner conciencia al dinero incluye que tu dinero es para ti
y tu familia en primer lugar, pero los demás (sobre todo los pobres) tienen que
decir algo de tu dinero: que tiene una función social que si se la arrebatas
haces inhumano tu dinero.
Hoy hay posibilidades de funcionar en banca ética (Fiare,
etc.). Si tú no pones conciencia a tu dinero, la pone el banco. Y la conciencia
del banco ya sabemos cuál es: la mayor ganancia a costa de lo que sea. Hay que
caer en la cuenta de la contradicción que existe entre el deseo de justicia y
el dejar tu dinero en manos de quien es profundamente injusto, el banco.
Habría que comenzar a caminar por los productos de comercio
justo. Entérate dónde están las tiendas de ese comercio en tu ciudad. Cuando
tomas café del comercio justo tomas el café y la justicia con la que ha sido
elaborado (y lo contrario si lo tomas de las grandes superficies).
Potenciar el comercio local, las pequeñas tiendas de barrio
es una manera de escapar de la lógica del consumo que es el cimiento de las grandes superficies. Una manera de ir
adquiriendo conciencia de justicia en el consumo.
CONCLUSIÓN
Muchas de estas sugerencias las viene haciendo Cáritas
insistentemente. No haríamos bien en cerrar nuestros oídos. Por otra parte,
esta espiritualidad de la sencillez demuestra que el Evangelio y la vida han de
conectar porque si no, aunque el Evangelio es hermoso, deviene estéril. Además,
como grupo reflexivo, podemos ayudarnos a ir construyendo esta nueva mentalidad
solidaria que es la mentalidad cristiana.