En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaúm, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios». Jesús le increpó: «Cállate y sal de él». El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen. Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
jueves, 26 de enero de 2012
jueves, 19 de enero de 2012
Evangelio del Domingo- 3º
MARCOS 1, 14 20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: convertíos y creed el Evangelio». Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
sábado, 14 de enero de 2012
Racimo de inmigrantes
JOSÉ LUIS PINILLA MARTÍN, SJ, director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones. El 15 de enero se celebra la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado. Resumo diez propuestas concretas para el trabajo pastoral que contiene el mensaje de la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, titulado Salgamos al encuentro… abramos puertas.
1. La Nueva Evangelización tiene que contar con los inmigrantes, “oportunidad providencial” para la renovación evangelizadora. No son solo objetos de atención, sino agentes activos. En la evangelización –como en la relación migratoria– no hay uno que da y otro que recibe. Ambos dan y reciben. Hay una invitación cordial a que compartan la hermosa tarea de la Nueva Evangelización con todos. Esta interculturalidad que entra en la Iglesia es el campo más actual y concreto para ello.
2. Crear espacios y comunidades promotoras de solidaridad, acogida, diálogo y comunión. Si los obispos siguen insistiendo en esto, es que perciben lo mucho que queda por hacer de manera práctica hacia ellos.
3. La familia es elemento imprescindible de cohesión social. Las intervenciones en el campo de las migraciones han tenido casi como única mirada al individuo y su integración sociolaboral. Una propuesta operativa doble: por un lado, la reagrupación familiar es imprescindible y ninguna ley debe recortarla; por otro, cualquier medida tiene que ir más allá de considerar al emigrante como mano de obra. Es la línea política mantenida por las administraciones públicas. “Pedimos trabajadores y nos vinieron personas”. El hombre en el centro de cualquier acción con los emigrantes.
4. Advierten los obispos, de manera novedosa, del nuevo éxodo de los emigrantes españoles: 50.000 en 2011, y aumentando. Se ofrecen los medios concretos que la Iglesia española coordina en Europa ante las peticiones de atención que ya están recibiendo.
6. Desenmascaramiento de las mafias que manipulan a los inmigrantes. Así se hizo hace un año desde CONFER, Cáritas, Justicia y Paz y Migraciones, con un informe sobre trata y explotación de personas con fines de explotación sexual.
En el nº 2.784 de la revista Vida Nueva.
2. Crear espacios y comunidades promotoras de solidaridad, acogida, diálogo y comunión. Si los obispos siguen insistiendo en esto, es que perciben lo mucho que queda por hacer de manera práctica hacia ellos.
3. La familia es elemento imprescindible de cohesión social. Las intervenciones en el campo de las migraciones han tenido casi como única mirada al individuo y su integración sociolaboral. Una propuesta operativa doble: por un lado, la reagrupación familiar es imprescindible y ninguna ley debe recortarla; por otro, cualquier medida tiene que ir más allá de considerar al emigrante como mano de obra. Es la línea política mantenida por las administraciones públicas. “Pedimos trabajadores y nos vinieron personas”. El hombre en el centro de cualquier acción con los emigrantes.
4. Advierten los obispos, de manera novedosa, del nuevo éxodo de los emigrantes españoles: 50.000 en 2011, y aumentando. Se ofrecen los medios concretos que la Iglesia española coordina en Europa ante las peticiones de atención que ya están recibiendo.
5. Colaboración para el establecimiento de leyes y opinión pública favorable a los inmigrantes. La Iglesia no hace las leyes, pero insiste en la dimensión “favorable” hacia los inmigrantes, sin esquilmar los países de origen. Y quieren “construir” opinión pública favorable, hacia dentro y fuera de la Iglesia, tan difícil de fomentar hoy dada su dependencia de mercados incontrolables.
6. Desenmascaramiento de las mafias que manipulan a los inmigrantes. Así se hizo hace un año desde CONFER, Cáritas, Justicia y Paz y Migraciones, con un informe sobre trata y explotación de personas con fines de explotación sexual.
7. Denuncian también a los que pretenden sacar rentabilidad social y política del sufrimiento de los inmigrantes. Vimos su sufrimiento cuando se cruzan con la policía. Oímos lenguajes xenófobos en las pasadas elecciones. Ahora vienen las andaluzas. Estamos en época de recortes crueles. Esta advertencia, concreta y reiterada, de los obispos insiste en algo eclesialmente repetido: los inmigrantes son víctimas y no causa de la crisis. Conviene repetirlo cuando algunos cristianos no parecen estar muy de acuerdo.
8. Inspirados por el impulso del Papa para promover “nuevos programas políticos, económicos y sociales, que favorezcan el respeto de la dignidad de toda persona humana, la tutela de la familia y el acceso a una vivienda digna, al trabajo, etc.”, los obispos vuelven a pedir la asistencia religiosa permanente en los CIE, recogen la consideración de su “excepcionalidad jurídica” y piden, “mientras existan” (como si esperaran su cierre), la defensa legal integral para los internos. Como hicieron Cáritas, Pueblos Unidos (por cierto, citando esta nota episcopal), etc. Y añaden la imprescindible propuesta para que las normas de regulación migratoria sean fruto del mayor consenso posible, que implique a partidos, ONG, Iglesia, etc.
9. No olvidan las experiencias concretas que ya se tienen con jóvenes inmigrantes, por la gran proporción de estos en el conjunto de la inmigración.
10. Entre las herramientas prácticas para “abrir las puertas y salir al encuentro” desde una fe explícita, es necesario fortalecer esa fe con el enriquecimiento mutuo y la vigilancia para que nuestra religiosidad no sea un hecho cultural más. El uso del diálogo, el testimonio de la solidaridad e, incluso para los no creyentes, mostrarles al Dios del amor y la justicia, al Dios de la ternura y la misericordia. ¡No otro! Somos llamados a un itinerario de comunión que acepte la diversidad desde el encuentro y la apertura de corazones (¡y de nuestras puertas!).
viernes, 13 de enero de 2012
Racimo de charlas bíblicas y 5
SOLO UNO TAN HUMANO PODRÍA SER DIOS
Redescubrir la realidad humana de Jesús.
Continuamos desgranando confidencias de Jesús que ilustran e iluminan nuestro camino cristiano.
1. Miramos a Jesús
Me costó entender a un Dios menor Aunque mi religión, a la que
amaba, también hablaba de un Dios menor a nuestro servicio, no nos educaron para ello. Lo propio de Dios era el brillo, la gloria, como diría Ezequiel
Es cierto que había una gloria humilde, oculta, pero, normalmente, un judío soñaba con la gloria poderosa del Dios que brilla y se impone. Yo fui uno de los que así lo creyó. Por eso os digo que me costó entender a un Dios menor.
Pero comencé a entenderlo cuando acompasé mi paso y mi vida a la de los menores de la sociedad, a los sin honor, a los desposeídos. Me daba cuenta de que el Dios que estos esperaban era tan menor que había mezclado su suerte y su futuro con el de ellos. Un Dios que no exige nada, que no demanda nada, que lo da todo. Se lo hice ver en parábolas tan entrañables como aquella del Padre que perdona siempre, o aquella otra de la generosidad extraña de Dios con los jornaleros de última hora.
La mejor forma que tuve de mostrar la hermosa realidad de un Dios menor fue no catalogar a las personas como buenas o malas, sino creerlas siempre dignas. La dignidad creacional era la base de la manera de mirar que Dios tenía. Yo también lo hice así. Por eso, no tuve empacho en ofrecer el reino a pecadores, en sentarme a su mesa, en considerarlos personas dignas de amor. Si Dios las veía así, ¿cómo yo las iba a tratar de otra manera?
A veces quería hacerla ver a mis amigos y amigas de manera especial. No una, sino muchas veces lavé los pies a mis discípulos. Se les revolvían las tripas, a Pedro sobre todo. Para ellos era un desdoro que un Mesías se pusiera a lavar pies. ¿Cómo iba a reclutar adeptos un Mesías tal?
Pero yo les quería decir que no era yo quien les lavaba los pies, quien les servía, sino el Padre del cielo, el Dios menor que no puede mover una paja de sitio, pero que fundamenta el amor y la belleza.
Me costó entenderlo, como les costó a mis amigos, como os cuesta a vosotros y vosotras. Pero quizá ahí se halla una de las claves de la verdadera espiritualidad evangélica, esperando aún que sea un camino ancho recorrido por los creyentes en el Dios que yo os propuse.
A mí también me mordió la soledad. Porque es cierto que tuve familia, amigos y amigas, personas cercanas que me acompañaron y me quisieron. Pero la soledad me mordía. Me levantaba por las mañanas "cuando todavía estaba oscuro". No solamente era para rezar. También era para gritar al silencio mi propia soledad, las preguntas elementales y hondas, sinrespuesta, del sentido de mis pasos.
Me ayudó mucho descubrir que Dios tiene un "designio". Vosotros le habéis llamado la voluntad de Dios. En nombre de ella, incluso, se han hecho disparates. Pero yo le llamaba el "designio". Y creí que no era sino este: que todo lo creado viva en fraternidad, que la comunidad humana funcione como buena familia. La mía, como la vuestra, fue una época de violencias. ¿Cómo hablar ahí de buena relación, de familia, de tolerancia, de amor? El designio de Padre era ese: que todos seamos miembros de una sola familia, que miremos con ojos nuevos al otro y a lo otro hasta verlo como hermanos.
Por extraño que parezca, darme a esa tarea me ayudó a encajar ni radical soledad. Cuando ese designio brillaba ante mis ojos, mi vida se hacía más ligera, levantaba los hombros con más facilidad Cuando debido a las heridas de los humanos, las mías y las ajenas, el designio se oscurecía, la soledad afilaba sus garras .
Por eso creo que el secreto de una vida sosegada y dichosa, dentro de sus límites, es percibir con mirada profunda la hermandad que anida en todo lo creador. Algunos de los vuestros, como Francisco de Asís, han tenido una agudeza especial para mirar de ese modo.
2. Dialogamos
¿Nos habría mejor en e/ catolicismo con /a espiritualidad de un Dios menor? ¿Qué consecuencias habría tenido esto?
¿Cómo ayudamos a encajar con humanidad nuestras soledades?
Redescubrir la realidad humana de Jesús.
5
Continuamos desgranando confidencias de Jesús que ilustran e iluminan nuestro camino cristiano.
1. Miramos a Jesús
Me costó entender a un Dios menor Aunque mi religión, a la que
amaba, también hablaba de un Dios menor a nuestro servicio, no nos educaron para ello. Lo propio de Dios era el brillo, la gloria, como diría Ezequiel
Es cierto que había una gloria humilde, oculta, pero, normalmente, un judío soñaba con la gloria poderosa del Dios que brilla y se impone. Yo fui uno de los que así lo creyó. Por eso os digo que me costó entender a un Dios menor.
Pero comencé a entenderlo cuando acompasé mi paso y mi vida a la de los menores de la sociedad, a los sin honor, a los desposeídos. Me daba cuenta de que el Dios que estos esperaban era tan menor que había mezclado su suerte y su futuro con el de ellos. Un Dios que no exige nada, que no demanda nada, que lo da todo. Se lo hice ver en parábolas tan entrañables como aquella del Padre que perdona siempre, o aquella otra de la generosidad extraña de Dios con los jornaleros de última hora.
La mejor forma que tuve de mostrar la hermosa realidad de un Dios menor fue no catalogar a las personas como buenas o malas, sino creerlas siempre dignas. La dignidad creacional era la base de la manera de mirar que Dios tenía. Yo también lo hice así. Por eso, no tuve empacho en ofrecer el reino a pecadores, en sentarme a su mesa, en considerarlos personas dignas de amor. Si Dios las veía así, ¿cómo yo las iba a tratar de otra manera?
A veces quería hacerla ver a mis amigos y amigas de manera especial. No una, sino muchas veces lavé los pies a mis discípulos. Se les revolvían las tripas, a Pedro sobre todo. Para ellos era un desdoro que un Mesías se pusiera a lavar pies. ¿Cómo iba a reclutar adeptos un Mesías tal?
Pero yo les quería decir que no era yo quien les lavaba los pies, quien les servía, sino el Padre del cielo, el Dios menor que no puede mover una paja de sitio, pero que fundamenta el amor y la belleza.
Me costó entenderlo, como les costó a mis amigos, como os cuesta a vosotros y vosotras. Pero quizá ahí se halla una de las claves de la verdadera espiritualidad evangélica, esperando aún que sea un camino ancho recorrido por los creyentes en el Dios que yo os propuse.
A mí también me mordió la soledad. Porque es cierto que tuve familia, amigos y amigas, personas cercanas que me acompañaron y me quisieron. Pero la soledad me mordía. Me levantaba por las mañanas "cuando todavía estaba oscuro". No solamente era para rezar. También era para gritar al silencio mi propia soledad, las preguntas elementales y hondas, sinrespuesta, del sentido de mis pasos.
Me ayudó mucho descubrir que Dios tiene un "designio". Vosotros le habéis llamado la voluntad de Dios. En nombre de ella, incluso, se han hecho disparates. Pero yo le llamaba el "designio". Y creí que no era sino este: que todo lo creado viva en fraternidad, que la comunidad humana funcione como buena familia. La mía, como la vuestra, fue una época de violencias. ¿Cómo hablar ahí de buena relación, de familia, de tolerancia, de amor? El designio de Padre era ese: que todos seamos miembros de una sola familia, que miremos con ojos nuevos al otro y a lo otro hasta verlo como hermanos.
Por extraño que parezca, darme a esa tarea me ayudó a encajar ni radical soledad. Cuando ese designio brillaba ante mis ojos, mi vida se hacía más ligera, levantaba los hombros con más facilidad Cuando debido a las heridas de los humanos, las mías y las ajenas, el designio se oscurecía, la soledad afilaba sus garras .
Por eso creo que el secreto de una vida sosegada y dichosa, dentro de sus límites, es percibir con mirada profunda la hermandad que anida en todo lo creador. Algunos de los vuestros, como Francisco de Asís, han tenido una agudeza especial para mirar de ese modo.
2. Dialogamos
¿Nos habría mejor en e/ catolicismo con /a espiritualidad de un Dios menor? ¿Qué consecuencias habría tenido esto?
¿Cómo ayudamos a encajar con humanidad nuestras soledades?
Racimo de charlas biblicas - 4
Redescubrir la realidad humana de Jesús.
4
Continuamos en nuestro empeño por desvelar la realidad hondamente humana de Jesús creyendo descubrir ahí la certeza del acompañamiento de Dios a nuestra vida.
1. Miramos a Jesús
Mi vocación fue el pueblo. Fue mi gran anhelo. No sé cómo lo descubrí, porque la vocación de una Mesías era siempre religiosa, aunque no estaba lejos del componente político. De cualquier manera yo descubrí que mi vocación era el pueblo y sus sufrimientos, su lado débil. Por eso quise escenificar el comienzo de mi andadura mesiánica con un escenario popular y de pecado (Lc 3,21).
Era la mejor forma de decir que yo quería amparar al pueblo herido, a los ojloi que estaban en la orilla de los excluidos sociales. Me agrada cuando los Evangelios dicen que Juan el Bautista no es quién para desatar la correa de mi sandalia, porque eso habría significado que no había sido un buen levir, que no me había llevado a casa a la mujer sola, al pueblo desamparado (Jn 1,27). No, yo fui un buen "marido" para el pueblo. Yo puse carne al sueño de la profecía vieja: "Tu tierra tendrá marido" (Is 62,2). Por eso me enternecía ante la gente, me daba pena su abatimiento social (Mc 6,34). Por eso cultivé y les ofrecí el mejor de mis sueños, un Reino para los pobres (Mt 5,3). Yo creía firmemente que las desventuras de los débiles sociales tendrían fin un día (Mt 10,23). Su sufrimiento no iba a ser para siempre.
Me dolió que me abandonaran cuando vinieron mal dadas. Me dolieron sus palabras de exclusión y de muerte (Le 23,21). Pero yo sabía bien que el pueblo es débil y manipulable, pero que es difícil arrebatarle su amor. y puedo creer que el pueblo, la gente como yo, llegó a amarme. Por eso me recordarían después, por eso me recordáis ahora.
Hice mío el sufrimiento ajeno. Uno de los vuestros lo ha dicho tajantemente: "El dolor ajeno nos constituye en sujetos morales". Valoradme por mi respuesta al dolor ajeno. Si quitáis de mi vida el sufrimiento del otro, lo mío se reduce a cenizas.
Por eso mismo no me eché atrás ante las lágrimas (Jn 11,33), anduve 1os caminos del dolor común (Lc 8,40-56), bebí el trago amargo de la muerte de otros (Lc 7,11-17). Puede pareceros una nadería, pero la gran pregunta que podía decir a los débiles era ésta: "¿Qué puedo hacer por ti?" (Mc 10,51). Veían que en lo poco que yo podía hacer se encerraba la mayor de las solidaridades. Quizá eso hizo que los débiles se me acercaran o que yo me acercara a ellos, más que las soluciones que podía aportarles que eran, en realidad, muy pequeñas.
Me interesaron los enfermos (Mc 1,32-34), los poseídos (Mc 9,14- 27), los heridos (Jn 5,1 ss), hasta los mismos muertos (Jn 11): Hice mío su dolor de manera normal, con la solidaridad básica del amparo que se dan los pobres.
A pesar de todo y por ello mismo, tiene que quedar claro que lo que me a mí me interesaba, más que el sufrimiento y el pecado, era la dicha de las personas. Por eso, quise hacer ver que más allá del duro sufrir hay lugar para la dicha (Mt 5,3ss), y que esa dicha es para ahora mismo, sin esperar a postergaciones del más allá. Cuando la dicha asomaba entre las lágrimas, yo saltaba de gozo. Quizá la dicha sea imposible sin la solidaridad en la herida. Pero, no hay que olvidarlo, estamos hechos para la dicha, no para la pena y el trabajo. Así lo creo yo.
2. Dialogamos entre nosotros
Habría que ver cómo vamos mezclando fe y vida, vida cristiana y vida en el pueblo. Una fe que nos aleja de la realidad social es sospechosa. Una fe solo para dentro de la parroquia plantea un interrogante.
Cercana la Navidad también podríamos pensar de cómo se entrelaza con la realidad del sufrimiento ajeno, cómo influye la realidad de las pobrezas en nuestros comportamientos cotidianos.
Infancia Misionera 2012
Este enlace al video de la Jornada de la Infancia Misionera nos ayuda a realizar ese gran racimo universal con todos los amigos de Jesús para que nos animemos a ser misioneros y juntos testimoniemos la alegria de nuestra fe. Los niños como siempre nos enseñan a los mayores a ser misioneros. La fotografia es de la misión diocesana de Ecuador.
miércoles, 11 de enero de 2012
EVANGELIO DEL DOMINGO 2º TO
JUAN 1, 35‑42
En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios». Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?» Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro): ¿dónde vives?» Él les dijo: «Venid y lo veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)». Y lo llevó a Jesús. Jesús se lo quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón el hijo de Juan, tú te llamarás Cefas (que significa Pedro)».
viernes, 6 de enero de 2012
Evangelio del Domingo: Bautismo de Jesús
de San MARCOS 1, 7 11
En aquel tiempo, proclamaba Juan: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo». Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto».
¡Nada, que casi sin darnos cuenta, el niño Jesús nos ha crecido!. Y de que manera. Dispuesto a todo lo que le echen, porque tiene el respaldo nada menos que del Padre y del Espíritu. Pues uniéndonos a él, tampoco nos va a faltar a nosotros. Merece la pena por lo tanto mojarse con él en las nuevas aguas. Reconocer que en su humilde humanidad está la totalidad del Espíritu y en él se nos muestra a todos. ¡Creamos en este Jesús, el predilecto de Dios!
En aquel tiempo, proclamaba Juan: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo». Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto».
¡Nada, que casi sin darnos cuenta, el niño Jesús nos ha crecido!. Y de que manera. Dispuesto a todo lo que le echen, porque tiene el respaldo nada menos que del Padre y del Espíritu. Pues uniéndonos a él, tampoco nos va a faltar a nosotros. Merece la pena por lo tanto mojarse con él en las nuevas aguas. Reconocer que en su humilde humanidad está la totalidad del Espíritu y en él se nos muestra a todos. ¡Creamos en este Jesús, el predilecto de Dios!
lunes, 2 de enero de 2012
Racimos de caminos
El villancico pregunta: ¿POR DONDE SE VA A BELEN?
Y Fidel Aizpurua, con su estilo tan sugeridos nos deja ese racimo de caminos, para estar cerca del que ha nacido en Belén y para atinar en el camino de encontrarlo. Es un texto de uno de sus retiros navideños. Gracias Fidel. Así la Navidad se hace vida permanente.
4.- Caminos de humildad esencial hoy
Vamos a sugerir algunos caminos por los que hoy puede transitar la humildad esencial. Quizá lo más interesante sea sugerir. Luego, concretar será otra cosa:
1) El camino humilde de un Dios echado fuera de la aldea: Porque, tal como lo predijo Bonhoeffer, Dios es cada vez más echado fuera de la aldea, cada vez se prescinde más de él, aunque cada vez estemos más necesitados de ese horizonte. Él camina humilde con nosotros más allá de nuestro rechazo.
2) El camino humilde de un Jesús deshumanizado y deformado: Ya que ahondar en la humanidad de Jesús sigue siendo asignatura pendiente de la espiritualidad cristiana. Los mecanismos religiosos siguen imponiendo su ley que envuelve en brillo y poder todo lo cristiano. Jesús camina humilde en la dirección del no-poder, del no-brillo, de la profundidad, de ese sótano de lo humano donde está nuestro frío y también nuestro posible amor.
3) El camino humildísimo y silencioso de los millones de humillados: Los que soportan el tren de vida de quienes se han llevado la mayor parte de la tarta. Los que ignoran que sus derechos siguen intactos aunque hayan sido unos expoliados. Los que nunca pensarán que tenía derecho a sentarse en el banquete de la vida. Su caminar humildísimo vale tanto que, aunque casi nadie se lo reconozca, el futuro del mundo se asienta en él.
4) El camino humilde de las entregas sin ecos: Propio de quienes creen que las entregas nunca se pierden, independientemente del aplauso y del premio. Gente de los silencios y del amor que raramente salen a la luz pública. Personas de extraño amor que no pide nada a cambio.
5) El camino humilde de las vidas que abrazan el don: Caminos de contemplación entendida como ahondamiento, como sosiego compartido, como estar-con, como quedar atrapados en el torbellino del deseo. Todo el mundo de quienes contemplan la creación, la bondad de los humanos, los movimientos sociales que liberan de verdad. El mundo de quienes “oran” en modos no específicamente religiosos.
6) El camino humilde las vidas que se abren sin temor: Porque no han perdido la confianza básica, porque saben mirar al corazón saltándose el muro de las duras apariencias, porque siguen creyendo que en el fondo de la realidad se esconde el amor y a él apunta. Gentes de valor porque confían.
7) El camino humilde de quien tiene sed de humanidad y de profecía: Las dos cosas juntas porque la profecía sin humanidad es el anuncio de una tiranía y porque la humanidad sin profecía es el preludio de la banalidad. Humildes que saben mezclar profecía y humanidad, visión de futuro y equilibro, horizontes hermosos nunca logrados y compasión por la pobreza que es nuestra acompañante.
8) El camino humilde de quien mira y ama desde las soledades: Y lo hace queriendo ser amparo desde su propio desamparo. Gente que no se amarga por su tremenda soledad (aunque tendría motivos para ello), sino que la convierte en mirada de amor, en amparo eficaz, en esa sabiduría que entiende que un amparo es mucho aunque cuantitativamente parezca poco.
9) El camino humilde de quien aprende a acompañar las pobrezas: No solamente a remediarlas según sus posibilidades sino a acompasar su pasos con aquellos que han sido despojados de sus inalienables derechos, aquellos que no han tenido la cuota de dicha que les corresponde. Con esa compañía se mantienen más vivos sus sueños de justicia.
10) El camino humilde de quienes van sintiéndose tierra: No solamente miran y respetan a la tierra, sino que se saben parte de esta tierra, de este cosmos, de este inmenso coro en el que nadie debe dominar ni apropiarse. Ser tierra para ser persona hermana. Camino humilde, camino de mera tierra.
11) El caminar humilde de quienes regresan a la senda de lo humano: De quienes regresan al perdón y la compasión. Camino humilde y doloroso que implica, muchas veces, el decir “lo siento” desde lo hondo del corazón, el rectificar los locos pasos del desamor, el volverse de las palabras que abrieron profundas heridas. Camino humilde pero imprescindible para crear humanidad.
12) El camino humilde de quienes andan sobre el saberse perdido: De quienes viven sin tener todo atado y bien atado, de quienes vislumbran luz por encima de la dura tiniebla, de quienes levantan los hombros con facilidad y siguen adelante viviendo y dando vida.
13) El camino humilde quienes van unificando todas sus orillas: De quienes ya no piensan ni viven en modos tan dualistas, tan dispersos, tan atomizados. Gentes que tienen a unificar lo que viven, lo que siente, lo que son, lo que creen y no hacen mundos separados, caminos distintos para cada actividad humana. Personas que van centrando todo sobre la simple bondad del corazón y sobre la vida simple y solidaria.
5. Un itinerario espiritual navideño para trabajar la humildad esencial
Se podría meditar, en el tiempo litúrgico de la Navidad, los ocho iconos de humildad esencial del Evangelio de Lucas, tal como antes han sido descritos, uno o dos cada día. Repasar el texto de cada uno de ellos. Buscar en Internet algún icono o dibujo que represente la idea. Imprimirlo y tenerlo delante.
■Ante el icono de la anunciación del Bautista (1,5-25) poner delante los límites no aceptados de la persona con paz. No pedir que desaparezcan, sino que los asumamos con la mayor paz posible. Que la paz de la Navidad toque nuestros límites.
■Ante el icono de la anunciación de Jesús (1,26-38) disfrutar de la posibilidad que abre a la vida el que seamos “hijos e hijas del Altísimo”. Intuir el concepto “revolucionario” de un planteamiento así. Asentar ahí la alegría navideña, no en otras cosas más externas.
■ Ante el icono de la visita a Isabel (1,39-56) animarse porque un camino de humildad esencial es posible incluso para todo el hecho social. Alegrarse por la globalización de la posibilidad de la humildad.
■Ante el icono del nacimiento del Bautista (1,57-80) anhelar despojarse cada día más de cualquier privilegio, título o merecimiento de los que uno se crea acreedor para dar salida a la bondad común, a la cogida a todos, a la universalidad de la familia humana. Anchos horizontes.
■Ante el icono del nacimiento de Jesús (2,1-7) alegrarse de la posibilidad de la hermosa humildad en medio de las limitaciones históricas. Dar gracias simplemente por haber sido creados
■Ante el icono de los pastores (2,8-20) mirar en la dirección de los humildes y humillados. Establecer una sintonía interior y poner carne a esa sintonía en gestos tocables.
■ Ante el icono de la circuncisión y presentación (2,21-40) saber que se puede vivir a gusto sin dar pábulo a falsas expectativas sobre nuestra vida, esas que entienden nuestro camino como un medre, como un ser más, como un litigio con la persona para ver quien “triunfa” en la vida.
■Y ante el icono de Jesús que se queda en el templo (2,41-52) animarse a ir rompiendo con estilos de vida que nos impiden y bloquean la humildad esencial, la humanización, la dicha elemental.
Y Fidel Aizpurua, con su estilo tan sugeridos nos deja ese racimo de caminos, para estar cerca del que ha nacido en Belén y para atinar en el camino de encontrarlo. Es un texto de uno de sus retiros navideños. Gracias Fidel. Así la Navidad se hace vida permanente.
4.- Caminos de humildad esencial hoy
Vamos a sugerir algunos caminos por los que hoy puede transitar la humildad esencial. Quizá lo más interesante sea sugerir. Luego, concretar será otra cosa:
1) El camino humilde de un Dios echado fuera de la aldea: Porque, tal como lo predijo Bonhoeffer, Dios es cada vez más echado fuera de la aldea, cada vez se prescinde más de él, aunque cada vez estemos más necesitados de ese horizonte. Él camina humilde con nosotros más allá de nuestro rechazo.
2) El camino humilde de un Jesús deshumanizado y deformado: Ya que ahondar en la humanidad de Jesús sigue siendo asignatura pendiente de la espiritualidad cristiana. Los mecanismos religiosos siguen imponiendo su ley que envuelve en brillo y poder todo lo cristiano. Jesús camina humilde en la dirección del no-poder, del no-brillo, de la profundidad, de ese sótano de lo humano donde está nuestro frío y también nuestro posible amor.
3) El camino humildísimo y silencioso de los millones de humillados: Los que soportan el tren de vida de quienes se han llevado la mayor parte de la tarta. Los que ignoran que sus derechos siguen intactos aunque hayan sido unos expoliados. Los que nunca pensarán que tenía derecho a sentarse en el banquete de la vida. Su caminar humildísimo vale tanto que, aunque casi nadie se lo reconozca, el futuro del mundo se asienta en él.
4) El camino humilde de las entregas sin ecos: Propio de quienes creen que las entregas nunca se pierden, independientemente del aplauso y del premio. Gente de los silencios y del amor que raramente salen a la luz pública. Personas de extraño amor que no pide nada a cambio.
5) El camino humilde de las vidas que abrazan el don: Caminos de contemplación entendida como ahondamiento, como sosiego compartido, como estar-con, como quedar atrapados en el torbellino del deseo. Todo el mundo de quienes contemplan la creación, la bondad de los humanos, los movimientos sociales que liberan de verdad. El mundo de quienes “oran” en modos no específicamente religiosos.
6) El camino humilde las vidas que se abren sin temor: Porque no han perdido la confianza básica, porque saben mirar al corazón saltándose el muro de las duras apariencias, porque siguen creyendo que en el fondo de la realidad se esconde el amor y a él apunta. Gentes de valor porque confían.
7) El camino humilde de quien tiene sed de humanidad y de profecía: Las dos cosas juntas porque la profecía sin humanidad es el anuncio de una tiranía y porque la humanidad sin profecía es el preludio de la banalidad. Humildes que saben mezclar profecía y humanidad, visión de futuro y equilibro, horizontes hermosos nunca logrados y compasión por la pobreza que es nuestra acompañante.
8) El camino humilde de quien mira y ama desde las soledades: Y lo hace queriendo ser amparo desde su propio desamparo. Gente que no se amarga por su tremenda soledad (aunque tendría motivos para ello), sino que la convierte en mirada de amor, en amparo eficaz, en esa sabiduría que entiende que un amparo es mucho aunque cuantitativamente parezca poco.
9) El camino humilde de quien aprende a acompañar las pobrezas: No solamente a remediarlas según sus posibilidades sino a acompasar su pasos con aquellos que han sido despojados de sus inalienables derechos, aquellos que no han tenido la cuota de dicha que les corresponde. Con esa compañía se mantienen más vivos sus sueños de justicia.
10) El camino humilde de quienes van sintiéndose tierra: No solamente miran y respetan a la tierra, sino que se saben parte de esta tierra, de este cosmos, de este inmenso coro en el que nadie debe dominar ni apropiarse. Ser tierra para ser persona hermana. Camino humilde, camino de mera tierra.
11) El caminar humilde de quienes regresan a la senda de lo humano: De quienes regresan al perdón y la compasión. Camino humilde y doloroso que implica, muchas veces, el decir “lo siento” desde lo hondo del corazón, el rectificar los locos pasos del desamor, el volverse de las palabras que abrieron profundas heridas. Camino humilde pero imprescindible para crear humanidad.
12) El camino humilde de quienes andan sobre el saberse perdido: De quienes viven sin tener todo atado y bien atado, de quienes vislumbran luz por encima de la dura tiniebla, de quienes levantan los hombros con facilidad y siguen adelante viviendo y dando vida.
13) El camino humilde quienes van unificando todas sus orillas: De quienes ya no piensan ni viven en modos tan dualistas, tan dispersos, tan atomizados. Gentes que tienen a unificar lo que viven, lo que siente, lo que son, lo que creen y no hacen mundos separados, caminos distintos para cada actividad humana. Personas que van centrando todo sobre la simple bondad del corazón y sobre la vida simple y solidaria.
5. Un itinerario espiritual navideño para trabajar la humildad esencial
Se podría meditar, en el tiempo litúrgico de la Navidad, los ocho iconos de humildad esencial del Evangelio de Lucas, tal como antes han sido descritos, uno o dos cada día. Repasar el texto de cada uno de ellos. Buscar en Internet algún icono o dibujo que represente la idea. Imprimirlo y tenerlo delante.
■Ante el icono de la anunciación del Bautista (1,5-25) poner delante los límites no aceptados de la persona con paz. No pedir que desaparezcan, sino que los asumamos con la mayor paz posible. Que la paz de la Navidad toque nuestros límites.
■Ante el icono de la anunciación de Jesús (1,26-38) disfrutar de la posibilidad que abre a la vida el que seamos “hijos e hijas del Altísimo”. Intuir el concepto “revolucionario” de un planteamiento así. Asentar ahí la alegría navideña, no en otras cosas más externas.
■ Ante el icono de la visita a Isabel (1,39-56) animarse porque un camino de humildad esencial es posible incluso para todo el hecho social. Alegrarse por la globalización de la posibilidad de la humildad.
■Ante el icono del nacimiento del Bautista (1,57-80) anhelar despojarse cada día más de cualquier privilegio, título o merecimiento de los que uno se crea acreedor para dar salida a la bondad común, a la cogida a todos, a la universalidad de la familia humana. Anchos horizontes.
■Ante el icono del nacimiento de Jesús (2,1-7) alegrarse de la posibilidad de la hermosa humildad en medio de las limitaciones históricas. Dar gracias simplemente por haber sido creados
■Ante el icono de los pastores (2,8-20) mirar en la dirección de los humildes y humillados. Establecer una sintonía interior y poner carne a esa sintonía en gestos tocables.
■ Ante el icono de la circuncisión y presentación (2,21-40) saber que se puede vivir a gusto sin dar pábulo a falsas expectativas sobre nuestra vida, esas que entienden nuestro camino como un medre, como un ser más, como un litigio con la persona para ver quien “triunfa” en la vida.
■Y ante el icono de Jesús que se queda en el templo (2,41-52) animarse a ir rompiendo con estilos de vida que nos impiden y bloquean la humildad esencial, la humanización, la dicha elemental.
Racimos de regalos, mejor EL GRAN REGALO: fiesta de LA EPIFANIA
MATEO 2, 1 12
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo». Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judea, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judea, pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel”». Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo».
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.
Lo que hemos hecho de este relato¡Dios mio!. Tal vez haya que imitar a los magos que supieron caminar hacia el GRAN REGALO QUE DIOS NOS DA: JESÚS. NUESTRO PADRE DIOS si que es un rey mago que nos lo da todo , gratis y siempre, para que tengamos ilusión, buena estrella y un buen compañero de camino. ¡Buena noche, amigas y amigos!. Mejor que recibir regalos, seamos un racimo de regalos para los demás, ESPECIALMENTE PARA TODOS LOS MAS "ESTRELLADOS"
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