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Estoy convencido de que la unión hace la fuerza, como los granos de una uva dan la mejor cosecha de vino. Por eso brindo este espacio para que podamos echar en el mismo lagar todos nuestro mejores granos y asi ir construyendo una parroquia y pueblo mejor.

lunes, 2 de enero de 2012

Racimos de caminos

El villancico pregunta: ¿POR DONDE SE VA A BELEN?
Y Fidel Aizpurua, con su estilo tan sugeridos nos deja ese racimo de caminos, para estar cerca del que ha nacido en Belén y para atinar en el camino de encontrarlo. Es un texto de uno de sus retiros navideños. Gracias Fidel. Así la Navidad se hace vida permanente.

4.- Caminos de humildad esencial hoy


Vamos a sugerir algunos caminos por los que hoy puede transitar la humildad esencial. Quizá lo más interesante sea sugerir. Luego, concretar será otra cosa:
1) El camino humilde de un Dios echado fuera de la aldea: Porque, tal como lo predijo Bonhoeffer, Dios es cada vez más echado fuera de la aldea, cada vez se prescinde más de él, aunque cada vez estemos más necesitados de ese horizonte. Él camina humilde con nosotros más allá de nuestro rechazo.
2) El camino humilde de un Jesús deshumanizado y deformado: Ya que ahondar en la humanidad de Jesús sigue siendo asignatura pendiente de la espiritualidad cristiana. Los mecanismos religiosos siguen imponiendo su ley que envuelve en brillo y poder todo lo cristiano. Jesús camina humilde en la dirección del no-poder, del no-brillo, de la profundidad, de ese sótano de lo humano donde está nuestro frío y también nuestro posible amor.
3) El camino humildísimo y silencioso de los millones de humillados: Los que soportan el tren de vida de quienes se han llevado la mayor parte de la tarta. Los que ignoran que sus derechos siguen intactos aunque hayan sido unos expoliados. Los que nunca pensarán que tenía derecho a sentarse en el banquete de la vida. Su caminar humildísimo vale tanto que, aunque casi nadie se lo reconozca, el futuro del mundo se asienta en él.
4) El camino humilde de las entregas sin ecos: Propio de quienes creen que las entregas nunca se pierden, independientemente del aplauso y del premio. Gente de los silencios y del amor que raramente salen a la luz pública. Personas de extraño amor que no pide nada a cambio.
5) El camino humilde de las vidas que abrazan el don: Caminos de contemplación entendida como ahondamiento, como sosiego compartido, como estar-con, como quedar atrapados en el torbellino del deseo. Todo el mundo de quienes contemplan la creación, la bondad de los humanos, los movimientos sociales que liberan de verdad. El mundo de quienes “oran” en modos no específicamente religiosos.
6) El camino humilde las vidas que se abren sin temor: Porque no han perdido la confianza básica, porque saben mirar al corazón saltándose el muro de las duras apariencias, porque siguen creyendo que en el fondo de la realidad se esconde el amor y a él apunta. Gentes de valor porque confían.
7) El camino humilde de quien tiene sed de humanidad y de profecía: Las dos cosas juntas porque la profecía sin humanidad es el anuncio de una tiranía y porque la humanidad sin profecía es el preludio de la banalidad. Humildes que saben mezclar profecía y humanidad, visión de futuro y equilibro, horizontes hermosos nunca logrados y compasión por la pobreza que es nuestra acompañante.
8) El camino humilde de quien mira y ama desde las soledades: Y lo hace queriendo ser amparo desde su propio desamparo. Gente que no se amarga por su tremenda soledad (aunque tendría motivos para ello), sino que la convierte en mirada de amor, en amparo eficaz, en esa sabiduría que entiende que un amparo es mucho aunque cuantitativamente parezca poco.
9) El camino humilde de quien aprende a acompañar las pobrezas: No solamente a remediarlas según sus posibilidades sino a acompasar su pasos con aquellos que han sido despojados de sus inalienables derechos, aquellos que no han tenido la cuota de dicha que les corresponde. Con esa compañía se mantienen más vivos sus sueños de justicia.
10) El camino humilde de quienes van sintiéndose tierra: No solamente miran y respetan a la tierra, sino que se saben parte de esta tierra, de este cosmos, de este inmenso coro en el que nadie debe dominar ni apropiarse. Ser tierra para ser persona hermana. Camino humilde, camino de mera tierra.
11) El caminar humilde de quienes regresan a la senda de lo humano: De quienes regresan al perdón y la compasión. Camino humilde y doloroso que implica, muchas veces, el decir “lo siento” desde lo hondo del corazón, el rectificar los locos pasos del desamor, el volverse de las palabras que abrieron profundas heridas. Camino humilde pero imprescindible para crear humanidad.
12) El camino humilde de quienes andan sobre el saberse perdido: De quienes viven sin tener todo atado y bien atado, de quienes vislumbran luz por encima de la dura tiniebla, de quienes levantan los hombros con facilidad y siguen adelante viviendo y dando vida.
13) El camino humilde quienes van unificando todas sus orillas: De quienes ya no piensan ni viven en modos tan dualistas, tan dispersos, tan atomizados. Gentes que tienen a unificar lo que viven, lo que siente, lo que son, lo que creen y no hacen mundos separados, caminos distintos para cada actividad humana. Personas que van centrando todo sobre la simple bondad del corazón y sobre la vida simple y solidaria.

5. Un itinerario espiritual navideño para trabajar la humildad esencial
Se podría meditar, en el tiempo litúrgico de la Navidad, los ocho iconos de humildad esencial del Evangelio de Lucas, tal como antes han sido descritos, uno o dos cada día. Repasar el texto de cada uno de ellos. Buscar en Internet algún icono o dibujo que represente la idea. Imprimirlo y tenerlo delante.
■Ante el icono de la anunciación del Bautista (1,5-25) poner delante los límites no aceptados de la persona con paz. No pedir que desaparezcan, sino que los asumamos con la mayor paz posible. Que la paz de la Navidad toque nuestros límites.
■Ante el icono de la anunciación de Jesús (1,26-38) disfrutar de la posibilidad que abre a la vida el que seamos “hijos e hijas del Altísimo”. Intuir el concepto “revolucionario” de un planteamiento así. Asentar ahí la alegría navideña, no en otras cosas más externas.
■ Ante el icono de la visita a Isabel (1,39-56) animarse porque un camino de humildad esencial es posible incluso para todo el hecho social. Alegrarse por la globalización de la posibilidad de la humildad.
■Ante el icono del nacimiento del Bautista (1,57-80) anhelar despojarse cada día más de cualquier privilegio, título o merecimiento de los que uno se crea acreedor para dar salida a la bondad común, a la cogida a todos, a la universalidad de la familia humana. Anchos horizontes.
■Ante el icono del nacimiento de Jesús (2,1-7) alegrarse de la posibilidad de la hermosa humildad en medio de las limitaciones históricas. Dar gracias simplemente por haber sido creados
■Ante el icono de los pastores (2,8-20) mirar en la dirección de los humildes y humillados. Establecer una sintonía interior y poner carne a esa sintonía en gestos tocables.
■ Ante el icono de la circuncisión y presentación (2,21-40) saber que se puede vivir a gusto sin dar pábulo a falsas expectativas sobre nuestra vida, esas que entienden nuestro camino como un medre, como un ser más, como un litigio con la persona para ver quien “triunfa” en la vida.
■Y ante el icono de Jesús que se queda en el templo (2,41-52) animarse a ir rompiendo con estilos de vida que nos impiden y bloquean la humildad esencial, la humanización, la dicha elemental.

1 comentario:

  1. ¡Uy! para andar por estos caminos humildes hay que llevar "buenas botas" para poderlo realizar sin que te salgan "ampollas"......saludos

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