Vivir la sencillez es solidarizarte con tantos hermanos y hermanas de tu familia humana que viven injustamente la pobreza y necesidad, y te movilizas e implicas porque no quieres vivir mejor que ellos
Perspectiva bíblica
"Se sentó enfrente de la Sala del Tesoro y observaba cómo la gente iba echando monedas en el tesoro; muchos ricos echaban en cantidad. Llegó una viuda pobre y echó dos ochavos, que hacen un cuarto. Convocando a sus discípulos, les dijo: "Os aseguro que esa viuda pobre ha echado en el tesoro más que nadie Porque todos han echado de lo que les sobra; ella, en cambio, sacándolo de su falta, ha echado todo lo que tenía, todos sus medios de vida" (Mc 12,41-44).
La viuda pobre es uno de los “modelo de ciudadano del reino”. El puesto se lo ha ganado por su generosidad que sale de su necesidad. Ella confía en el templo, una institución poco confiable, que hacía también sus obras de caridad. Ella no cuestiona a dónde va su pequeño dinero. Confía en que le darán buen uso.
La viuda funciona con la generosidad, no con la cantidad. Por eso no se avergüenza de dar dos monedillas. Es lo que tiene. Para Jesús eso es más importante que las cantidades grandes de los ricos. La solidaridad tiene su base en el don de corazón, no en la cantidad de dinero que se da. El gran valor y por lo que esta mujer es modelo de ciudadano del reino es porque “ha echado de su falta”. No ha echado lo que le sobraba, sino de lo que le hacía falta a ella. Se ha despojado de su poco dinero necesario porque ve que hay otros con más necesidad que ella. Es modelo porque confía que el Padre Dios amparará su falta y le dará lo necesario para sobrevivir.
2. Perspectiva ética
La solidaridad con la injusticia es una prueba mayor de humanidad. El desentendimiento de la injusticia desvela la inhumanidad de la persona. La preocupación por la causa de la justicia da calidad a toda persona.
Esta preocupación se hará imposible si no se ve uno responsable, en parte, del sufrimiento del otro. “La respuesta ante el dolor humano nos hace sujetos morales”, dice R. Mate. Tu respuesta al dolor ajeno dice qué clase de persona eres: si te interesa ese sufrimiento, eres buena persona; si no te interesa, no eres buena persona. Así de contundente.
La movilización por la injusticia es el rostro y la verificación de que se va entendiendo el tema de la justicia. Mientras te quedes de brazos cruzados, sentado en tu butaca con tus zapatillas calientes sin mover un dedo, es que todavía hay que recorrer mucho trecho.
3. Perspectiva práctica
Hay que mirar el rostro de las personas que sufren injusticia aquí cerca y también lejos. Actuación local y actuación global. Ser un enamorado de la causa de la justicia puede hacer mucho bien a tu vida.
Básicamente la pobreza es injusta, aunque haya un parte de culpa en muchas personas. No eches la culpa de la pobreza solamente a que no trabajan, a que no quieren sudar, a que quieren que se les dé todo. Hay una injusticia de base que es preciso calibrar.
Hay muchas maneras de movilizarse en cuestiones de justicia. Tendrías que elegir la que mejor vaya a tus horarios, a tus sentimientos, a tus maneras de ver la vida. Pero habría que elegir. Como cristianos, todos tendríamos que tener un compromiso social concreto, un voluntariado, como exigencia de la fe.
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