Ayer tarde visitamos el cementerio para orar y recordar a nuestros seres queridos. Que monton de sentimientos brotan ante sus restos mortales, cuantas palabras que hasta hoy escuchamos sus ecos, anécdotas cariñosas y lagrimas compartidas. Con la serenidad y el dolor de su ausencia, pero con la no menos esperanza de la plena resurrección que Jesús comparte con todos, hoy les dejamos nuestro testimonio y reconocimiento. Y les pedimos que siempre nos acompañen. Descansen en paz
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